Más allá del lucro: las empresas como agentes de inclusión, desarrollo y paz en Colombia
En un mundo atravesado por crisis geopolíticas, desigualdades históricas y cambios tecnológicos acelerados, la pregunta sobre si los países pobres están irremediablemente destinados a permanecer en esa condición cobra especial relevancia.
Lejos de una respuesta simple, el análisis de experiencias concretas y modelos alternativos –surgidos en entornos marcados por la violencia, la exclusión y la debilidad institucional– muestra que, aunque los obstáculos son significativos, no hay una condena inevitable. Existen ventanas de oportunidad que pueden cambiar el rumbo.
El proceso de posconflicto en Colombia demuestra que es posible transformar las estructuras económicas y sociales a través del fortalecimiento institucional, la digitalización, el desarrollo de modelos inclusivos de negocio y el liderazgo empresarial responsable.
Una digitalización para el desarrollo
América Latina y el Caribe afrontan el doble reto de aprovechar las oportunidades de la economía digital sin profundizar las desigualdades. Si no se toman en cuenta las particularidades de cada país, podrían quedar excluidas del crecimiento económico muchas comunidades rurales, mujeres y grupos con baja conectividad.
La falta de acceso o de habilidades para usar internet impide a millones de personas de la región aprovechar las oportunidades de la economía del conocimiento. No basta con expandir la cobertura: lo crucial es lograr que más personas usen internet de manera efectiva y se apropien de sus beneficios.
Las mejores políticas son las que se adaptan a las realidades de los contextos rurales o las comunidades marginadas, con ofertas diferenciadas y acciones dirigidas a reducir costos y mejorar capacidades. Sin conectividad digital real y útil, el desarrollo inclusivo es inviable.
Fuente:
theconversation.com